¿Qué es la Terapia Gestalt?
La Terapia Gestalt es un tipo de terapia psicológica dentro del marco de la Psicología Humanista por su invitación al desarrollo del potencial humano o crecimiento personal.
Enfoque holístico
Es un tipo de psicoterapia con un enfoque holístico e influenciada por el psicoanálisis, la filosofía existencial y oriental, el psicodrama y los principios de la Psicología Gestalt. Nos acerca a aspectos clave como la toma de conciencia, la autorrealización, el desarrollo personal y la autoestima.
Desde su perspectiva holística, propone un acercamiento e integración de las diferentes dimensiones del ser humano (físico, afectivo, cognitivo y social) para lograr un estado de equilibrio y bienestar.
En cada sesión de Terapia Gestalt, así como en todo el proceso terapéutico, están presentes las diferentes dimensiones que interactúan entre sí: el cuerpo con sus sensaciones y movimientos, las emociones, la toma de conciencia intelectual, la dimensión social y relacional, la vivencia y el sentido de la experiencia de ser uno/a mismo/a.
La importancia de la experiencia presente
La Terapia Gestalt pone énfasis en la experiencia del paciente en el momento presente, entendiendo el aquí (espacial) y el ahora (temporal) como el único espacio y tiempo que abarca todo cuanto ocurre.
¿Y el pasado? No se deja de lado, sino que su historia se mira desde el presente:
¿Cómo me afecta hoy mi historia… Cómo sigue influyendo en mi forma de ser, de pensar, de sentir, de actuar y de relacionarme conmigo y con mi entorno?
Según este enfoque, es en el presente (aquí y ahora) el único momento en el que podemos “atender” profundamente a la experiencia y, por lo tanto, a expresar e indagar sobre el efecto de nuestra historia en nuestro presente. Es en el presente, que podemos experimentar y vivir de manera plena y también más real.
En este sentido, la Terapia Gestalt nos ayuda a tomar conciencia y a identificar las emociones, sentimientos, pensamientos, actitudes que se están produciendo en este momento y a conocer los mecanismos automáticos que nos interrumpen de la experiencia presente y nos impiden vivir con plenitud.
Conocer los modos automáticos
Desde un estado de presencia y atención, y de una actitud de exploración, la Terapia Gestalt nos ayuda a percatarnos de los pensamientos innecesarios (anticipaciones, fantasías, creencias, etc.) y sentir el efecto que generan en nuestra forma de sentir y actuar, de forma a poder transformarlos en lugar de repetirlos, generando insatisfacción en nuestras vidas. Durante el proceso terapéutico, la observación continuada y la invitación a expresar lo nuevo y lo no expresado, contando con la presencia, apoyo y experiencia de un/una terapeuta, nos lleva inevitablemente a percatarnos de nuestras repeticiones y automatismos, a encontrarnos con nuevas maneras de pensar, sentir, en definitiva… De SER.
Y es desde la perspectiva de que no podemos transformar lo que no conocemos y no podemos conocer lo que no experimentamos, que La Terapia Gestalt nos abre un espacio en el cual nos encontramos con un abanico más amplio de posibilidades, experiencias y recursos.
La vivencia emocional y corporal
Con su enfoque humanista y fenomenológico, el foco no está ni en el análisis causal ni en el aprendizaje normativo, sino en la experimentación individual, en la búsqueda de una vivencia personal profunda y genuina, y de la construcción de un sentido nuevo.
Saber no basta para cambiar: a veces, a la inversa, “la interpretación nutre el síntoma” (Lacan).
En la Terapia Gestalt, pasamos de la evocación verbal a la experimentación corporal y emocional. En cada sesión, hay libertad para explorar libremente, en el marco seguro de la terapia, los sentimientos y necesidades que van emergiendo a lo largo del proceso. Y es también desde la experimentación, que exploramos las polaridades opuestas a nuestros sentimientos habituales, polaridades a menudo poco conocidas o temidas y partes de nuestra psique que están en desacuerdo.
La armonía entre lo que pienso, siento y hago
Otro aspecto importante del proceso terapéutico es el aprendizaje de adaptarse y ajustarse a cada situación. Cuando las condiciones externas son poco o nada controlables o cambiantes, nuestra reacción sí puede ser adaptable y sí está a nuestro alcance. Y, para que el entorno no controle nuestro estado de ánimo, hemos de darnos cuenta de nuestras respuestas automáticas e insatisfactorias para poder desaprenderlas. En este sentido, la Terapia Gestalt nos ayuda a ganar más responsabilidad sobre nosotros mismos y a ser más coherentes con lo que pensamos, sentimos y hacemos, y que se traduce en más armonía y equilibrio en nuestras vidas, y en la relación con nosotros mismos y con nuestro entorno.
El proceso terapéutico
En definitiva, durante el proceso terapéutico, nos vamos encontrando con nuestro repertorio de potencialidades para hacer frente o superar cualquier adversidad y profundizar en nuestra autorrealización y satisfacción. Aprendemos a vivir con más plenitud y eficiencia.
Se considera así, que la Terapia Gestalt no es solamente una psicoterapia (que pretende calmar un sufrimiento psíquico), sino una filosofía de la vida, que valora la autonomía y la responsabilidad.